Reseteo se completa en el silencio.
Al entregarme al máximo a descubrirme, siento que viví mucho, en muy poco tiempo.
Y las palabras ya no describen cómo siento.
Ayer (el viernes, hoy es domingo) fui a bailar al punto en el planeta donde reconecté con mi esencia.
Llevaba tiempo sin encontrarme, migrando sin saber por qué o para qué hacerlo. Lejos de mi mayor arte.
La música y lo que generó, me guiaron para reconocer que negué toda mi vida tener miedo.
Porque me lastimaron, mucho. En casa siendo niño y luego en romances, donde se repetía el mismo cuento.
O en proyectos, donde la mayoría esperaba o quería que yo haga todo, todo el tiempo.
Mi energía es distinta, mi misión no es hacer por el resto sino compartir nuevas maneras de hacerlo.
Me llevó toda la vida saberlo.
Sin aceptar la realidad, nuestra persona se hace cargo de nuestra vida, y elige desde esa gran herida.
La mayoría habla de suerte o destino, cuando recibimos lo que damos y elegimos.
Y las relaciones caóticas (kármicas) se generan para transformar la oscuridad en algo divertido.
Podemos hacerlo, o vendarnos los ojos y repetir el guión hasta el infinito.
Usando plantas, música, mantras.
Este último ritual que viví danzando y volando, hizo un click en mi espíritu, bien bacano.
Además de dar y darme, también puedo recibir. Algo genuino y transparente, que no duela sentir.
Me alejé o alejé a muchas personas que me amaban y elegían en su vida, por no aceptar que crecí siendo incompleto.
Y me mantuve cerca de quienes me maltrataban dos veces, hasta nació Bem en ese proceso.
Descubrí que aún "no mezclo" por lo mismo, entonces elegí limpiarme y compartir lo mejor que puedo.
Alguien incompleto no vive de lo que más disfruta y siente que debe hacer más por el resto.
Al aceptar, me transformo. Si dejo de vivir para los demás, hago lo que propongo.
Hoy reconozco lo denso de esa energía, y que atraigo al mismo tiempo paz, amor, alegría.
La inspiración llega cuando uno menos lo imagina.
Y hay muchas mujeres bonitas, pocas reciben mi atención porque me aburro con la mayoría.
A ella la vi por segunda vez y recordé al instante su sonrisa.
La primera no hablamos, ahora le presté un rato el sombrero y algo tímido, besé su mejilla.
Como hacía tiempo, sentí una mezcla de nervios, química y cercanía.
Hablamos poco, pasamos mucho tiempo cerca. Ella bailaba, me observaba y sonreía.
Y yo reía al verla bailar con mi sombrero y abrazar amig@s para que les tome/n fotos.
Esas fotos para mí eran tesoros porque tengo aphantasia y recuerdo "todo oscuro, todo negro".
Es raro para el resto, recuerdo lo que siento.
Estuve en mi mundo, dejé que la música me lleve hasta que no den más pies ni muslos.
Ella se fue, luego de que se fueron sus amigas. Luego de "seguirme" sutilmente en el espacio, algunas veces seguidas.
Imagino pensó que tengo novia o no me interesa, soy un lobo solitario terminando de sanar su vida.
Una parte de mí luego de contemplarla, sabe -recién hoy- qué decirle si Dios nos cruza otro día.
Se lamenta de que las fotos no se hayan grabado y encuentra así otro motivo para "seguirla".
La otra de mis partes se despide y sumerge en el gran viaje, la oscuridad hoy nutre mi energía.
