"La verdad" puede ser lo que pensamos o la verdad. Socialmente es lo que evitamos escuchar.
Alejate, alimentate, aceptá, cambiá.
La verdad no se puede crear sino aceptar. Vinimos al mundo a hacer lo mejor por nosotros y los demás.
Cambiar es dejar lo demás atrás, olvidar. Nos programaron desde que nacimos y eso no es verdad.
La verdad nos pide a gritos vivir y experimentar.
Olvidar que para todo se deba comerciar porque el dinero no compra nuestra felicidad.
La verdad se puede ocultar pero nunca callar porque es energía vital. Es crear, en inter-dependencia con los demás.
La verdad sabe que somos uno y nos separamos para regalar lo mejor que podamos al mundo que nos tocó habitar.
Para llenarlo de sabores, sonidos, sonrisas, amigos, colores. En paz, celebrando la simpleza de compartir lo que hay.
In the Age of Confusion, people will create many obstacles to knowing the simple truth and hold fast to their own blindness.
They will persuade others to follow them and will persecute unbelievers.
— Hua Hu Ching (Teachings of Lao Tzu).
Si la verdad se respeta como la vida, al aceptarla ilumina cualquier oscuridad.
Porque lo falso nace en pensamientos sobre pasado o futuro, cuando en realidad estamos acá.
El placer real es felicidad, la verdad.
El placer momentáneo es un producto del pensamiento, que luego produce miedo (a perderlo o no tenerlo más).
Eso nos lleva a mentir, repetir y dañar. Someternos a repeticiones infinitas para dejar de crear.
Con el tiempo agota, drena y explota. Genera culpa, ira, vergüenza, estrés, depresión y ansiedad.
Nuestra vida es tan sagrada que nos permite elegir o que elijan los demás.
Podemos ignorar la verdad y que nos de todo igual. Pensar que podemos trucar la realidad.
La sociedad programa desde el miedo y la vulnerabilidad. Logra que muchos nieguen sus vidas y sigan a los demás.
Así se sostiene "la sociedad".
Al conocer la verdad todo encuentra sentido, menos es más. Ya está todo dicho, mejor meditar.
Viviendo al dejar de ahorrar, acumular y trabajar, para agradecer, contemplar y disfrutar.
Las reglas son convenciones esperando ser transgredidas. La verdad no se puede encapsular ni programar.
Es dejar de actuar por los demás.